Opinión: ¡Súbete a la micro del emprendimiento!

26 Julio 2016

Carmen Valdivia es una emprendedora de Puente Alto que durante años cruzó Santiago para trabajar en una panadería cercana a la Estación Mapocho. Perdía muchas horas en ir y volver, quedándole poco tiempo para dedicar a sus hijos. Y todo por un sueldo cercano al mínimo.

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 Por Pilar Egaña, Gerenta de Comunicaciones Fondo Esperanza

La realidad de esta gran mujer es la misma de miles de trabajadores de Chile, quienes realizan esfuerzos similares o mayores para mantener sus hogares. La diferencia con ellos, es que Carmen decidió mejorar su calidad de vida y se subió a la “micro del emprendimiento” de Fondo Esperanza (FE), desde donde pudo triplicar sus ingresos (con su puesto de sopaipillas y empanadas que instala en ferias libres) y puede, así, recorrer mejor el camino, junto a su familia.

Este ejemplo de vida se repite en la mayoría de las(os) emprendedoras(es) de FE, quienes reafirman nuestra convicción de que el emprendimiento es una herramienta eficaz para superar los índices de vulnerabilidad de la población. Los que optan por este recorrido, se distinguen del resto, emanan una fuerza interior que contagia a otros, llegan más allá de lo que imaginan, piensan en grande, son parte del cambio social de Chile.

Si queremos un país más equitativo, tenemos que creer, confiar y dar oportunidades. Hay que dejar atrás esas antiguas creencias de que son “malos pagadores”. Los casi 14 años de existencia de FE nos ha demostrado lo contrario. Tenemos una tasa de retorno de un 99% de los créditos y el compromiso que manifiestan las(os) emprendedoras(es), es admirable. 

Para ellos, el emprender junto a Fondo Esperanza ha sido una experiencia transformadora. Al año y medio de estar en FE incrementan –en promedio- en un 70% sus ventas, en un 43% su capacidad de ahorro, en un 60% sus redes de apoyo, como también el liderazgo en sus comunidades. Cuando emprendes con Fondo Esperanza, se nota.

El éxito de la “micro del emprendimiento” no está basado solamente en la entrega de financiamiento a este segmento de emprendedoras(es), sino que en un servicio que ha sido diseñado tomando en cuenta sus realidades y necesidades, en que se incluye capacitaciones y fortalecimiento de sus redes, buscando que su desarrollo como emprendedoras(es) sea sostenible. A través de esta comunidad de emprendimiento solidario - la más grande del país-, entregamos lo que nadie se atreve a dar: confianza, cercanía y tiempo.   

Sin embargo, aún falta mucho por hacer. Actualmente, en Chile existe más de un millón y medio de micro y pequeñas empresas, de las cuales 841 mil son informales. De ellas, un 70,3% no  tiene acceso a créditos en la banca formal, lo que nos llama a pensar en esas miles de personas que están excluidas del sistema.

Son muchas(os) las(os) emprendedoras(es) que están necesitando del apoyo de Fondo Esperanza, de otras instituciones financieras, como también del Estado. La invitación está hecha. Todos pueden “subirse a la micro del emprendimiento” para alcanzar el sueño de hacer de Chile un país más justo y solidario.